26 febrero 2007

Tarjetas Compatibles (I)

Este es el primero de una serie de tres artículos dedicados a explicar qué dispositivo inalámbrico conviene elegir para conectar nuestro equipo vía wireless usando el sistema operativo Linux. En este primer número trato de explicar cómo elegir la tarjeta adecuada para que funcione en nuestro flamante sistema operativo del pingüino. En el segundo número explico cómo instalar las diferentes tarjetas compatibles, según el chipset que puedan montar. Finalmente, en el tercero, explico un procedimiento muy ingenioso para hacer funcionar con Ndiswrapper aquéllas tarjetas que no son compatibles [o que, simplemente, no somos capaces de hacerlas funcionar con sus respectivos controladores bajo Linux].

Mi experiencia
con este tipo de dispositivos inalámbricos [comúnmente conocidos como wifi] ha sido más que satisfactoria, aun a pesar de que muchos fabricantes no disponen de drivers suficientemente desarrollados para sistemas operativos Linux o, simplemente, no disponen de drivers, situación que resulta cada vez menos habitual.

Existen en el mercado chipsets que vienen dando soporte para Linux desde las primeras versiones [aquéllas que usaban el protocolo 11.b], como los muy conocidos Orinoco o los Prism2/2.5/3. Pero hoy, cada vez son más difíciles de encontrar y la mayoría de las tarjetas que podemos adquirir en el mercado usan el más evolucionado protocolo 11.g, aunque son compatibles con el anteriormente citado 11.b.

Así pues, si estás leyendo este blog es porque tienes necesidad de configurar tu conexión inalámbrica bajo el sistema operativo Linux que, aunque muchos no lo crean, lleva años dando asistencia para este tipo de conexiones. Por tanto, voy a dejarme de rollos y me voy a centrar en la explicación que ocupa este artículo.

¿Qué tarjeta me compro?

Ésta es la primera pregunta que todos nos hacemos antes de agenciarnos ese pequeño dispositivo que nos permite conectarnos casi desde cualquier sitio [siempre que haya una red inalámbrica que nos dé cobertura], en nuestra casa, en el trabajo, en la Universidad, en un aeropuerto e incluso hasta en plena vía pública.

Mi opinión es que miremos antes las ofertas del mercado, ya que la diferencia de precios puede justificar una compra u otra. Además, podemos instalar la tarjeta a un puerto USB [es la opción preferida por la mayoría de compañías proveedoras de acceso a Internet... ¿por qué será?] o a un puerto PCI [como otros tantos dispositivos de nuestros equipos de sobremesa]. Un caso particular es el de las denominadas PCMCIA/Cardbus de muchos ordenadores portátiles y que se podrían englobar entre las de tipo PCI.

Si tenemos la posibilidad de elegir por el tipo de interfaz de conexión y no queremos quebrarnos la cabeza, hay que evitar las de tipo USB, aunque, como comentaré más adelante, su grado de compatibilidad es cada vez mayor.

Una vez que hemos elegido el tipo de interfaz que queremos para nuestra tarjeta, viene la opción más difícil. ¿Qué chipset nos conviene que lleve instalado? Por supuesto, cualquiera que sea compatible con Linux. Y aquí os recomiendo echar un vistazo al sitio Linux Wireless LAN Support, donde se puede consultar el grado de compatibilidad de una tarjeta según el fabricante de la misma [aunque debo decir que, con demasiada frecuencia, los fabricantes modifican el chipset de sus tarjetas sin previo aviso y nos encontramos con un mismo modelo de tarjeta que puede montar dos y hasta tres chipsets diferentes]. Esto nos obliga a comprobar previamente el grado de compatibilidad que pueda tener la tarjeta candidata y, a pesar de todo, comprar el producto con la condición de que si no es compatible con Linux o somos incapaces de hacerla funcionar, podamos devolverla sin ninguna complicación. La mayoría de los comercios nos van a dar estas facilidades, pero conviene hablarlo previamente con el establecimiento elegido.

Ya tengo mi tarjeta. ¿Y ahora qué?

Pues es el momento de pasarle la prueba decisiva. En Linux es muy fácil saber el chipset que monta una tarjeta [en otros sistemas operativos es realmente un misterio]. Me he encontrado con tarjetas que no sólo han sido reconocidas de inmediato, sino que además han salido funcionando sin hacer absolutamente nada. Increíble, pero cierto.

Bien, pues llegado a este punto abrimos un terminal o consola y ejecutamos el comando lspci [ojo, que empieza por ele] si es un dispositivo PCI/PCMCIA o bien lsusb si fuera tipo usb. Aparecerá una lista de los dispositivos conectados al puerto referido. Normalmente vamos a encontrar un extenso informe en el que suele aparecer una línea como la siguiente:

0000:02:00.0 Network controller: Ralink Ralink RT2500 802.11 Cardbus Reference Card (rev 01)

Cuando se trata de dispositivos PCI/PCMCIA [inclusive los de tipo interno que montan la mayoría de los equipos portátiles o laptops], conviene repetir la ejecución del comando con un modificador para que nos informe del código identificativo del chipset. Para ello ejecutamos en el terminal el comando lspci -n y obtenemos un informe en el que se incluye una línea como la siguiente:

0000:02:00.0 0280: 1814:0201 (rev 01)

En este caso, el código respectivo es 1814:0201 que identifica y caracteriza con precisión el chipset respectivo, aunque, afortunadamente, no lo íbamos a necesitar ya que sabíamos a partir del primer informe que se trataba del chipset rt2500 del fabricante Ralink, perfectamente compatible con Linux. Debo decir que el informe del comando lsusb nos proporciona directamente la combinación de ocho dígitos identificativos, aunque si fuera necesaria más información podría ejecutarse lsusb -v.

Una vez que hemos identificado el chipset debemos verificar si tiene drivers compatibles para Linux. Esa búsqueda puede resultar de lo más simple o, por el contrario, volverse de lo más ingrato. Normalmente, si en el informe encontramos un chipset fabricado por Ralink, Atheros, Prism, ACX, IPW, Zydas y algunos otros [llegado a este punto es recomendable mirar en la lista que nos ofrece el sitio de "Linux Wireless LAN Support" mencionado más arriba], estaremos de enhorabuena. Como diría un matemático, se trata de una condición necesaria pero no suficiente, ya que en no pocos casos, nos encontramos con tarjetas que montan chipsets compatibles y que no hay forma de hacerlas funcionar. No todo iban a ser buenas noticias. En el próximo envío explicaré cómo hacer funcionar estos dispositivos en sistemas operativos basados en Linux.

¿Y si mi tarjeta no es compatible con Linux?

Pues no está todo perdido. Existe un remedio en Linux que hace funcionar a muchísimas tarjetas [compatibles y no compatibles] y que suelen tener disponible la mayoría de las distribuciones: NdisWrapper. Como se puede comprobar en Wikipedia, se trata de un "envoltorio" que permite insertar en él los drivers de Windows para que funcionen bajo Linux. Y esta maravilla es "Open Source" por lo que no debemos tener remordimientos a la hora de usarla en nuestro sistema. ¡Para algo tenía que servir el S.O. de las ventanitas!

Si nuestra distro favorita, una vez instalada no dispone de esta prodigiosa herramienta, tenemos dos opciones: bajarnos los paquetes de los respositorios habituales o, en el peor de los casos, compilarlos. Yo soy usuario de Guadalinex, la distribución andaluza de Linux basada actualmente en Ubuntu y adaptada a las necesidades de una comunidad que crece gracias al esfuerzo de educadores, desarrolladores y usuarios. Os invito a visitar nuestros foros, en los que participo desde hace algún tiempo.

¡¡¡ Hasta el próximo capítulo !!!

:-)

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